Dentro de los conceptos de atracción tenemos que hace años saltó aquella ley de la atracción, que decía que atraes con tu pensamiento pensamientos y eventos. La cual parecía una vuelta de tuerca muy rara del positivismo, si piensas en positivo, te pensarán cosas positivas, donde se llegó a romantizar cosas verdaderamente nocivas.
Hoy día mucha gente va a capa y esàda todavía con ello.
También es común que se nos venga a la cabeza, la capacidad magnética de los imanes. El magnetismo grosso modo es cuando los polos opuestos se atraen (parte en ficción y en lo social se sustenta aquello de que las personalidades opuestas se atraen, que no siempre ocurre, y lo de los tropos tipo: grumpy x sunshine o coward x breve), y cuando los polos son iguales se repelen.
Sin embargo, hoy yo no voy a hablar de la física, que podría, porque se pueden crear mucndos/planetas muy interesantes teniendo en cuenta el magnetismo de los materiales y cuerpos celestes.
Pero sí voy a hablar de las atracciones a nivel social,
La reducción
Vivimos en una sociedad reduccionista. Y lo peor de todo es la cantidad de personas que se anclan en dicho reduccionismo, que ni se plantean que haya más, ni acepta que lo haya.
La idea de atracción, por lo tanto, se reduce a la intimidad, concretamente al sexo.
Y todo lo que se salga de ello es: malo, no necesita ser nombrado o directamente inexistente. Por lo que el reduccionismo, deriva a un sexocentrismo brutal.
¿No lo practicas ni cumples un cupo de realizarlo o encima no te gusta? Cartelito de persona rara y de regalo burlas.
Sin embargo, la atracción no tiene ni siquiera que ver con el sexo ni si te gusta ni la postura, nada.
Los gustos no son atracción, tampoco las preferencias.
Ser vivo es ser bien complejo
No solo el ser humano. Todas las vidas son bastante complejas. Lo complejo radica en que una cualidad puede a su vez percibirse desde distintos modos, y todas ser igual de válidas o ciertas, e igualmente puedes percibir varias cosas a la vez.
La información para empezar no es sencilla, pero la manera en que la procesamos los seres vivos tampoco lo es. A algunos individuos les llevará más tiempo, eso por supuesto.
Partiendo desde la base del reduccionismo social, tenemos el amor. El amor es un sentimiento y los sentimientos de por sí son bastante complejos, porque dependen de mil factores, también de sesgos y de química en nuestro organismo. Cuando se habla de amor, la inmensa mayoría de las veces se hace desde el amor romántico, sin embargo, como decía aquella canción, el amor está en el aire; y el amor no siempre es romántico.
Como parte del reduccionismo se suele dar por hecho que los sentimientos traen consigo acciones. Yo puedo sentir amor por alguien y no desmotrarlo de ninguna manera, puedo no querer tener a ese individuo en mi vida, aunque le quiera. Y de igual modo, se suele dar por hecho que si hay determinados sentimientos, hay atracción. Puedo querer a alguien y no sentir ningún tipo de atracción, sino más bien repulsión. Porque estar vivo, significa ser alguien complejo.
Del mismo modo es posible sentir atracción por alguien, quererle y no querer tener ningún acercamiento con dicho individuo, o no sentir atracción, ni quererle, pero por el y status social o económico, intentar emparejarte con ese individuo de alguna forma.
Y lo mismo, con el resto de sentimientos.
Algunos tipos de atracciones
En los últimos cinco años, gracias a activistas queer se han hablado de la variabilidad de las atracciones. De que no solo existe la atracción sexual, y que además se desliga de la romántica. Aunque es posible que para muchas personas vayan a la par, no tiene por qué, por regla general.
Además se han nombrado otra serie de atracciones, que dado a lo ligado que tiene la gente la atracción al plano sexual, muchísimas personas obvian que también forme parte de ello. Al final las atracciones son vínculos que se crean entre individuos, y por supuesto el carácter de estos vínculos no está solo en lo romántico-sexual.
Veamos algunos de ellos, por supuesto, cada individuo es un mundo y no todo el mundo tenemos que sentir todas las atracciones, por ejemplo, como hemos visto en el blog, las personas arrománticas no sienten prácticamente nunca atracción romántica y las personas asexuales, lo mismo pero con la atracción sexual.
- Atracción romántica: Se centra en el deseo de tener una relación romántica con una persona. Puede venir de la nada, es decir lo que se conoce como instalove, o puede venir tras conocer a una persona y tener un vínculo cercano, como una amistad, o una enemistad (si nos vamos por esa gente que siente atracción por personas que odian). La atracción romántica suele además estar relacionada con las fases del enamoramiento, cuando puedes estar con alguien y ya haber pasado dichas fases o no sentirlas jamás, y no pasa nada.
- Atracción sexual: También conocida como «física». Básicamente es cuando sientes al ver a alguien que te pone, pero no es el acto sexual en sí. Que alguien te dé ganas, no quiere decir que lo estéis haciendo o que queráis. Aquí se puede desglosar a dos subtipos:
- Atracción sexual subjetiva: Que va con los gustos y preferencias de cada persona, pero que como todo puede variar en el tiempo.
- Atracción sexual objetiva: La cual tiene que ver con los sesgos y los cánones imperantes de qué cualidades son las que hace que una persona parezca atractiva.
- Atracción de amistad: Muchas personas sienten sobre todo en la adolescencia o pasada una etapa universitaria, el deseo de encontrar amistades y hasta deseo de que una persona concreta lo sea. Dentro de esto, también está cuando tienes una amistad y te nace compartir cosas con esa persona, sin que sea de un modo romántico ni sexual.
- Atracción sentimental: Se puede confundir con la atracción romántica, pero sucede que aquí no hay ese enfoque romántico ni amoroso y está más ligada hacia lo que sientes entre congéneres que te dan sentimientos intensos como de seguridad, apoyo, admiración u orgullo.
- Atracción sensorial o sensual: Empezando que muchas personas asocian lo sensual con lo sexual, cuando no tiene por qué, la sensualidad para empezar es algo más sutil, que si para ti está todo en el mismo pack, pues bien. En esta atracción existe el deseo por el contacto, generalmente físico. Como son las caricias y abrazos.
- Atracción intelectual: Está asociado al deseo de conocer la faceta más intelectual de las personas. Que puede ser el típico rol maestro y aprendiz, pero también que tus amistades, tu pareja o una persona desconocida de la calle, te cuente algo interesante y revelador.
- Atracción estética: A nivel básico es esa atracción que puedes llegar a sentir por cómo una persona se viste, que no es que quieras ser su pareja (ni romántica ni sexualmente), tampoco su amigue, ni quieras saber dónde ha comprado la ropa, es ver cómo le queda a esa persona y envolverte una sensación de satisfacción. También puede verse en formas de caminar, en cómo hace las cosas, en cómo escribe, cómo habla, cómo huele…
- Atracción basada en la cercanía: Recoge muchas cosas comunes con la sentimental, pero existen matices, es esa clase de atracción que puede darse con compañeros de piso, trabajo, también con familiares, pero no tanto porque se genere dicha admiración, orgullo, sino más cercano a sentimientos de pertenencia o de seguridad.
Por último pasemos a ver cómo están los vínculos, es decir las atracciones en ficción.
Vínculos en ficción
Por supuesto en ficción la mayor dimensionalidad las tienen las relaciones románticas y/o sexuales, quedando en muy segundo plano el resto. Aunque afortunadamente, en los últimos años, esté habiendo mayor inclusión de relaciones intrafamiliares (como ocurre en muchas novelas de fantasía), entre compañeros de clase (gracias a las estéticas del palo de las Dark Academia), entre compañeros de trabajo (thrillers, comedia y ciencia ficción), amistades (romántica contemporánea). Pero todavía se sigue dejando esa monodimensionalidad por defecto, como si por darles más peso, fueran a robarle la historia al protagonista.
Otra cosa muy importante es el valor de la afinidad. He leído muchas historias donde claramente no había ninguna afinidad entre los personajes, y sin embargo, le autore ha seguido adelante y ha vendido que son felices. En mi experiencia (en primera persona y ajena), si no hay afinidad, por mucho amor, respeto o conveniencia que haya, no hay nada.
La afinidad además muta con el tiempo, porque cambiamos y por mucho que estés con alguien (sea en la amistad o en pareja), no siempre se cambia en la misma dirección. No hay nada malo, y hay veces que se cambia en la misma dirección, pero el modo de hacerlo no es afín, por lo tanto vienen los roces, los piques insanos y no debería de aplicarse, por coherencia sobre todo, el siguen estando juntos y bien.
Como lectore a mí me gustaría mayor diversidad en los vínculos sociales y en las formas de vivirlo. Yo que no siento ese deseo por tener sí o sí una amistad por alguien, me gustaría ver más historias que no fueran adolescentes, que tengan ese punto.
Sería interesante también la creación de historias y sociedades donde la principal idea de atracción no recayera casi por exclusividad en la idea de reproducirse.
¿Y a ti, ya fuera como lectore o como escritore, qué ves que haga falta o sobre sobre los tipos de atracciones o relaciones interpersonales en ficción?
Los cuadernos de Rep 