Análisis de Hijas de la corona

El pasado mes de diciembre fui por primera vez a un club de lectura. Siempre he sido lente leyendo, sobre todo libros publicados. Por extraño que parezca, beteos y aquellas historias que me paso un gran tramo de la lectura investigando y corroborando si los datos dados de algo son correctos leo mucho más deprisa. Como si anotar comentarios, sugerencias y la búsqueda de información me aportara un chute extra.

El caso, es que acudí a este club de lectura y fue refrescante. Siempre había llevado la lectura como algo solitario, muy contadas ocasiones de hablar y debatir lo que había leído con otra gente. En algunas ocasiones intenté participar en lecturas conjuntas y había decidido hace años que no era para mí. Y por primera vez sentí eso que había escuchado durante años en redes sobre compartir experiencias. Pensaba que todo sería como las reseñas de Goodreads que se siente vacío y cargado de odio y amiguismo. Y en su lugar, encontré elucubraciones extrañas, respeto por otras opiniones y nadie sentando cátedra, ni siquiera la autora. Fue una experiencia bonita.

Advertencias de contenido:

Ansiedad, muerte y violencia

Título: Hijas de la corona
Autora: Esther López Vera
Ilustradora: Laura Rincón
Editorial: Roomie Ediciones
Género: Fantasía

Sinopsis del libro

Calindar es una sociedad de brujas cálidas desde que se prohibió la magia gélida por las acciones de la reina Katka. Por ello, siglos después, nadie ve con buenos ojos que una de sus descendientes se presente a las Pruebas de Valor que elegirán a la siguiente soberana; mucho menos se imaginan que acabará convirtiéndose en una las favoritas junto con la única bruja gélida que se presenta a la competición.

Llevo mucho tiempo intentando descubrir cómo hacer frente a este análisis. Porque mi principal objetivo con ellos es examinar cómo están escritos los libros, y para ello, fijar una estructura para cada lectura, como si todas tuvieran los mismos elementos no me ha estado funcionando. Con los otros sí, pero no con este.

Hablar de la trama no me parece tan necesario, tampoco de los personajes.

De este libro me quedo con el trabajo de creación de mundos, con las relaciones de los personajes y con los mensajes.

Quizás es un poco extraño hablar de las relaciones de los personajes y no tanto de los personajes, pero lo he intentado muchas veces y no he podido hablar de ellas, de un modo que no parezca que esté haciendo una ficha de personajes.

Variabilidad de relaciones

En especial están las familiares. Hacía tiempo que no me encontraba con una historia con tantos lazos familiares. Madres, padres, hermanes, ex que vuelven a salir juntas, tatara abuelas vengativas, tías…

Además la variedad. Liana tiene una madre dictatorial y con comportamientos bastante tóxicos (y el añadido hermoso de que la autora no quiso ni ponerle un nombre), Mayra podríamos decir que su figura maternal es más confusa, Delia ha tenido una relación difícil con su madre, pero existe ese intentar llevarse mejor.

El padre de Liana ni se le ve ni se le espera, el de Siv cuida de su hija, la respeta y la apoya (y se cuentan todo), el de Mayra es permisivo pero cauto (por ello le guarda muchos secretos).

La relación de hermanas entre la madre de Liana y su hermana (la tía de Liana) es tirante y laboral, la relación entre Liana y Denis (su hermano) es sana y madura, Mayra y su hermana Nuka empiezan mal y terminan con una relación de apoyo mutuo. Hugo y Lucía se protegen mutuamente todo el tiempo y hay por ahí más hermanes de fondo que se cuidan mucho.

Las amistades y cercanías también están muy presentes. El hecho de estar en conflictos, ya sea las Pruebas de Valor o la inminente guerra no hace que decaiga la confianza. Las rivalidades que existen no son un «te odio, ojalá te mueras», sino que tienen un por qué con su nudo, desarrollo y desenlace.

No sé si es el primer libro que leo que el conflicto no nace de no se han hablado las cosas (aparte de las historias de Tove Jansson). Naturalmente, hay momentos en que personajes no cuentan las cosas a otros, como el padre de Mayra a su hija, pero la gran mayoría de historias contemporáneas (y no) parten de que si hablasen y comunicasen sus neuras y problemas y dejasen de asumir tanto, no pasaría lo que les pasa (que es un buen reflejo de la sociedad, por otro lado).

Esther, nos adentra en algo necesario, cuidar de ti y de las personas que te rodean, sobre todo en momentos cruciales.

«Si no nos cuidamos entre nosotras, ¿quién lo hará?»

Las relaciones de pareja, aunque hay momentos de no estabilidad, como en todas las relaciones, los personajes no se llenan de ese ego y orgullo ni se va haciendo una mole más grande e insoportable. Existe verdaderamente ese quiero que seas feliz, aunque si es conmigo pues claro que me alegría mucho más, pero no voy a ser un impedimento en tu vida.

El mundo creado

Hijas de la corona es un buen ejemplo de que no hace falta petar a información sobre el mundo que se ha credo para que se vea lo coherente que es.

Tenemos una sociedad matriarcal que no es justa ni con los hombres (ni con las personas no binarias de haberlas) ni con las brujas gélidas. Además existe una clara distinción entre las mujeres que tienen poderes y las que no. Y entre las brujas que pertenecen al Consejo o no. Con respecto a los hombres, de alguno nacer con magia, en vez de darle cierto status se le trata incluso peor que si no tuviera.

Aparte de eso, cuando una bruja gélida se presenta a las Pruebas de Valor (su modo de elegir una nueva reina), no existe una fuerte inquina, demostrando que es más un hecho anecdótico que se ha pasado de generación en generación, que de verdad sea un problema que las brujas gélidas estén entre ellas. De hecho se demuestra que solo tienen problema con una bruja gélida.

Del mismo modo no a todo el mundo le parece bien menospreciar a los hombres, tengan poderes o no. Es como nuestras normas sociales, las hay bien estúpidas, y hay quienes las ejecutan sin plantearse nada, sin querer cambiarlas a futuro porque «siempre» ha sido así. Y luego hay personas que no solo se dan cuenta que es injusto, sino que intentan cambiarlo.

Por otro lado tenemos una sociedad entera de gélidas que miran con recelo y tirando a inútiles a las cálidas. Como que tienen más presente las heridas históricas, no existe esa lucha de poder entre las suyas, como si existe en Calindar. Por lo que podemos ver dos formas de llevar los hechos históricos, además, no se menosprecia a la gente según su identidad de género, de hecho se perciben hasta a las personas no binarias.

E incluso se pueden ver otras sociedades, pueblos y aldeas lejos de las ciudades grandes y cómo hacen su vida, totalmente ajenas de los problemas en la capital. Y hasta un poblado de cambiaformas, con sus propias normas.

Algo que pasa mucho en nuestro mundo y no he visto tantísimo en ficción, es recurrir a los nombres de las divinidades para nombrar las ciudades importantes. De ahí tenemos a la diosa Caldur que le dio magica cálida a las brujas cálidas que crearon Calindar y a la diosa Recce que le dio magia a las brujas gélidas que crearon Reccie. (En Grecia tienen a Atenas de Atenea, por ejemplo).

Y estas son las cosas que destacaré de este libro, por supuesto hay cosas que me han parecido mejorables e inconsistentes, el ritmo en la segunda parte y a veces la trama, sobre todo esos momentos de «tenemos muchísima prisa, ay, pero qué bonico colgante, voy a comprarlo».

¿Habéis leído el libro? ¿Qué os ha parecido?